martes, 20 de mayo de 2008

Los Chamanes

CHAMANES, SU VISIÓN A TRAVÉS DEL TIEMPO.

Autor: Carlos Tomás Gonzalez.



“¿Quién eres tú, animal bípedo, que como yo te arrastras por este pequeño globo?”

Voltaire

“Aquellos que no esperan encontrar lo inesperado no lo encontrarán, puesto que no hay camino ni ha sido explorado”

Heráclito

“Solo hay un medio de comprender cualquier fenómeno cultural ajeno a nuestra coyuntura ideológica actual, y consiste en descubrir el <> e instalarse en él para desde ahí alcanzar todos los valores por los que se rige”

Mircea Elíade

“El que no sabe llevar su contabilidad
Por espacio de tres mil años
Se queda como un ignorante en la oscuridad
Y sólo vive al día”

Goethe

No existe disciplina que esté tan sumamente ligada a su historia como la de las ciencias humanas. El trabajo que vamos a realizar es, más que la historia de un fenómeno, la historia de su percepción. Haremos un recorrido a través de testimonios de primera mano sobre los chamanes, elaborados por misioneros, exploradores, aventureros, naturalistas o médicos. Veremos cómo en un primer momento la distancia y el prejuicio distorsionarán su percepción, y con el paso del tiempo se irá constituyendo la ciencia antropológica como disciplina, con la consecuente clarificación del concepto chamánico.
Cuando en 1492 los primeros europeos comienzan la exploración de América, se encontraron con numerosas personas que aseguraban comunicar con los espíritus con el fin de aprender sobre la vida y la curación. Por medio del ayuno, del duro ejercicio, de la abstinencia sexual o de la ingestión de brebajes aseguraban entrar en contacto con otra realidad. Los recién llegados, victimas de un fuerte etnocentrismo y de una fe que se pretendía verdadera y universalizable, decian de estas personas que eran “pastores de Diablo”.
La misma reacción tuvieron los colonizadores de Siberia en el siglo XVII, también encontraron a personas que decían mantener contacto con los espíritus tocando un tambor y cantando hasta la extenuación. De ellos también se dijo que eran “viles magos que invocan a los demonios”; mismo siglo en que se formó el término chaman, (castellanización del tunguso-manchú shaman). A medida que los exploradores se fueron extendiendo por el mundo, encontraron diversas gentes que decían contactar con los espíritus, estas personas recibían distintos apelativos en distintas lenguas; los exploradores que venían de Inglaterra, Alemania o España, se refirieron a ellos despectivamente con términos como juglares, magos o hechiceros.
La pobreza conceptual de los primeros colonos, tanto en América como en Siberia, y el miedo que los colonizadores sentían ante lo distinto, llevó a los colonizadores a la dificultad de encajar un mundo tan distinto al propio, reduciéndose en un esfuerzo conceptual de apertura y cambio de una manera totalmente errónea, por su indagación . La comprensión de otras culturas requiere un gran esfuerzo, esfuerzo que muy pocos estaban dispuestos a realizar.
Con la llegada de la Ilustración se abandonaron ciertos prejuicios aunque el extraño comportamiento que tenían los chamanes no encajaba en un mundo que, aun habiendo ganado en riqueza conceptual, no podía más que mirar bajo un potente etnocentrismo. Estos observadores pre-científicos pretendían una mirada “objetiva”, que sólo siguiera los preceptos de la razón hacia el camino del conocimiento, lo que hizo que se tuviera a los chamanes por impostores que había que desenmascarar. Si bien es cierto que la Ilustración juzgó injustamente a los chamanes, debemos reconocerles que dieron un paso hacia la tolerancia:

“Ya dijimos que en Europa fueron sentenciados a muerte más de cien mil supuestos brujos. Sólo la acción de la filosofía ha curado a los hombres de esta abominable quimera, enseñando a los jueces que no hay que quemar a los imbéciles” .

Siguiendo, o tal vez superando el espíritu de la Ilustración, los estudiosos comienzan a acercarse al fenómeno chamánico en particular y a las diferentes culturas en general sin prejuicios y valorando cada cultura en su contexto. En 1860, Edward Taylor, ocupó en Oxford la primera cátedra de Antropología. Con su obra Primitive culture, establece las bases de lo que más adelante será la antropología social, dando una explicación muy seria y profunda de fenómenos como el de la magia, y proponiendo una teoría, el animismo, de cómo surge la religión. También a este período de nacimiento de la antropología, pertenece Max Müller, quien con sus multitudinarias conferencias en Londres sobre “Filosofía de la religión”, intenta explicar el origen de los mitos, y lo que es más importante, cree que son necesarios los mitos para poder llegar a comprender una cultura. Aunque no directamente, todo este panorama donde entran autores como Franz Boas, Gennep, Jochelston o Roland Dixon, contribuyó a que se viera el fenómeno con mucha más profundidad. En cualquier caso, si bien es cierto que se sentaron las bases de la antropología y de la filosofía de la religión, los estudiosos en sus estudios de campo y en sus descripciones eran hombres blancos entre primitivos.
En 1887 el antropólogo Franz Boas, había dejado escrito: “el esquimal es un hombre como nosotros y sus emociones, virtudes y defectos se basan, como los nuestros, en la naturaleza humana” . Este punto de vista es esencial para valorar el gran salto que dio el enfoque de la antropología durante el siglo XX. Ahora ya no es el hombre blanco estudiando a los primitivos, ahora se trata de comprender un fenómeno que es humano y que por lo tanto es digno de un esfuerzo de comprensión, ellos ya no son menos, son como nosotros pero diferentes. Dicho paso adelante fue sin duda fruto de la gran cantidad de material que se recopiló en la primera mitad del siglo XX, los antropólogos escucharon a los chamanes hablar sobre sí mismos y establecieron relaciones que permitieron ver al chaman en su contexto, es decir, en el medio en el que se tenía que comprender. Así, en 1944 Métraux consiguió definir al chamán, a pesar de la desconcertante variedad de habilidades y funciones que lo rodea, como; “toda persona que sostiene por profesión y en interés de la comunidad una comunicación intermitente con los espíritus, o que es poseída por ellos”. En esta definición no hay alusiones a lo primitivo de la práctica ni implica nada negativo del chamán, en cualquier caso todo lo contrario.
Un buenísimo ejemplo de este nuevo enfoque que da cuenta del fenómeno en su contexto, es El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, publicado en 1951 por Mircea Eliade, es sin duda uno de los mejores estudios sobre el chamanismo y su significación. Como historiador de las religiones, sintetiza y tiene en cuenta estudios de otros campos como la sociología o la psicología para comprender en toda su complejidad el fenómeno. Aunque tal vez la pretensión de Eliade de intentar comprender un fenómeno tan polimórfico bajo un mismo prisma, el éxtasis, sea un problema, a saber: “…el chamán, y sólo él, es el gran maestro del éxtasis…” . Lejos de menospreciar la obra de Eliade, es el gran estudioso de la religión del siglo XX y no hace ninguna afirmación que no este apoyada en una gran cantidad de datos, creemos que el no recurrir por ejemplo a los espíritus o a la gran importancia que tiene socialmente el chaman como guía o como establecedor de reglas, nociones que consideramos indispensables e importantísimas en el fenómeno chamánico, hace que a la obra de Eliade se le escape una parte importante del fenómeno en cuestión. Según Eliade, es la experiencia del éxtasis la que define en última instancia al chamán, y aunque es cierto que nuestro autor reconoce que “la historia de un fenómeno religioso no puede revelarnos todo lo que un fenómeno se esfuerza en mostrarnos” , creemos que aunque la experiencia del éxtasis fuera necesaria como rito de iniciación chamánica, es necesario apelar a una serie de nociones, tan necesarias como la del éxtasis o más, que Eliade en algún caso sólo menciona, para comprender el fenómeno, a saber: la importancia social, el carácter simbólico de sus prácticas, su labor terapéutica en la tribu, su conocimiento de la naturaleza y de las plantas o el uso que hace del ese conocimiento al ingerir diversas plantas o brebajes como drogas , la influencia que pueden llegar a tener esas drogas ingeridas en un contexto determinado... Sería absurdo, pensar que Eliade sólo utiliza la noción del éxtasis para comprender el fenómeno, pero aun no siendo esto así, sí que pensamos que omite nociones indispensables. En cualquier caso, el estudio de Eliade es uno de los instrumentos indispensables para comprende el fenómeno chamánico.
En otra línea pero en la misma época, se dieron estudios que presentaban al chaman como poseído por los espíritus, como un médium entre el más allá y la tribu. Pero nos encontramos con el mismo problema, buscar límites precisos entre magos, médiums y chamanes es una empresa destinada al fracaso, intentar definir un fenómeno que hunde sus raíces en cada cultura en la que se da, es sencillamente imposible.
A mediados de siglo XX se tenía una grandísima información sobre los chamanes, se había hablado con ellos, se les había visto oficiar ceremonias y rituales, y se había visto que aunque bajo distintos nombres, desde el Amazonas hasta Australia se podía hablar de chamanismo. Los estudiosos en su afán de acercarse a otras culturas desarrollaron lo que se conoce como “observación participativa”, que comportaba vivir con la gente y participar en sus actividades al mismo tiempo que se intentaba observarles con distancia. Los observadores occidentales empezaron a participar en sesiones chamánicas en las que se hacía uso de plantas alucinógenas, y para su sorpresa, se dieron cuenta de que podían tener experiencias parecidas a las que tenían los chamanes. Por ejemplo, el banquero Gordon Wasson comió hongos en una sesión dirigida por María Sabina, y en 1957 publicó un extenso artículo relatando su experiencia. En pocos años la chamana María Sabina recibía a cientos de jóvenes que querían experimentar lo mismo que Wasson, lo que supuso un problema para ella y para sus niños santos (los hongos) como más tarde veremos.
El 16 de abril de 1943, el investigador farmacéutico Albert Hofman, descubría por azar el LSD y sus efectos alucinógenos , de los cuales dijo: “me produjeron angustia, vértigo y visiones sobre naturales, al mismo tiempo que un profundo sentimiento de felicidad y de paz”. Tanto las investigaciones de campo que hicieron los antropólogos como las investigaciones de laboratorio fueron evolucionando hasta que se unieron, al comprender que juntas podían llegar a esclarecer mucho del fenómeno; ya no se dependía de la sugestión, sino de la alteración química del cerebro. Un ejemplo de esta unión es El camino a Eleusis. Una solución al enigma de los misterios, sin duda un hito en la investigación de la religiosidad arcaica y moderna. Publicado en 1978 por Albert Hofman, Gordon Wasson y Carl Ruck, utiliza los conocimientos de la religión antigua y los de plantas alucinógenas, proponiendo una nueva ciencia que sintetice ambos conocimientos; la etnomicología (dios adentro). Dicha ciencia estudiaría “las drogas cuya ingestión altera la mente y provoca estados de posesión extática y chamánica” . Si bien es cierto que el libro en cuestión no se ocupa propiamente del fenómeno chamánico, sí que ejemplifica la unión de dos disciplinas muy distintas, y que juntas solucionan muchos enigmas que se arrastraban desde la antigüedad como son los misterios eleusinos.
Dicho lo dicho, vamos a repasar una serie de testimonios en primera persona que no hacen más que corroborar lo arriba establecido.


TESTIMONIOS:

1 CRISTIANOS QUE MIRAN

<> Éxodo 22:18.

La lectura de los textos de los siglos XVI y XVII requiere especial cuidado y atención. Aunque es una época donde la apertura de un mundo hace que los valores de la cultura occidental se reafirmen y se cierren sobre sí mismos, también es cierto que si se tenía noticia de que un autor ya no sólo incurría en herejía, sino que no la repudiaba claramente en sus escritos, podía ser sometido a la pena capital y a la prohibición de su obra. Prueba de ello es que por esos tiempos se extendió la caza de brujas por toda Europa, tanto la Iglesia (protestantes y católicos) como los gobiernos, torturaron y ejecutaron a decenas de miles de “brujas”. Lo mismo hicieron en Centroamérica y en América de Sur, donde las autoridades coloniales y eclesiásticas torturaron y mataron a miles de personas acusadas de “brujería”.
A partir de la creencia de que los espíritus buenos no podían ser invocados sino sólo suplicados, todo aquel que pretendiera invocar a los espíritus estaba sirviendo a Satán, era su súbdito. Aunque es cierto que llegar a saber qué es lo que hacían exactamente los “brujos” es todavía un misterio; bajo este nombre se englobaban desde prácticas alquímicas, hasta castigos hacia las mujeres basados sólo en el machismo, pasando por la utilización de drogas y el sexo. De ésta época es el libro Instrucciones a los jueces en materia de brujería, de Juan Bodino.

1.1 EL CULTO AL DIABLO; EL CONSUMO DE TABACO PARA RECIBIR MENSAJES DE LA NATURALEZA. Gonzalo Fernández de Oviedo (1535)
Gonzalo Fernández de Oviedo, fue un navegante y naturalista español que describió el uso del tabaco entre ciertos ancianos indígenas de Hispanolia, lo que actualmente es Haití y la República Dominicana. Oviedo, que no utiliza el término chamán ya que éste llegaría más tarde de Rusia, se refiere a ellos en pasado porque cuando publicó el libro en 1535, la mayor parte ya había sido exterminada.
En su libro Oviedo afirma que entre otros vicios tienen el de fumar tabaco para salir de sentido aunque para ellos esta práctica es muy sana y muy santa. Nos cuenta que aquellos indios ancianos que consumían tabaco eran capaces de predecir lluvias o otras cosas de las que la Naturaleza tiene por oficio, y que contaban con gran reputación entre la tribu como sacerdotes y prelados. Pero todas estas capacidades, las tenían por que el Diablo, como en su ministro, entraba (por medio de la ingestión de tabaco) y hablaba con él.

1.2 PASTORES DEL DIABLO QUE APRENDEN LOS SECRETOS DE LA NATURALEZA. André Thévet. (1557)
Un caso parecido al de Oviedo es el del padre franciscano Thévet, quien después de pasar varios meses en Brasil, reunió información sobre varias tribus de la zona, describiendo la vida que llevaban ciertos nativos llamados pagés. Y aunque constató que los pagés aprendían los secretos de la naturaleza, consideró que éste era un conocimiento prohibido. Podemos comprobar también cómo intenta dejar claro que está totalmente en contra de tales prácticas. Sin embargo leyendo el texto en profundidad da la impresión de que su condena era más una obligación que una convicción.
Este pueblo, tan alejado de la realidad,…se halla aun tan alejado de la razón que adora al Diablo por medio de ciertos ministros suyos, llamados pagés,…Estos impostores, para teñir su maldad y hacerse respetar entre los demás, no suelen permanecer en un lugar, sino que son vagabundos,…y sólo regresan con los otros en raras ocasiones y a determinadas horas, para darles a entender que han comunicados con los espíritus sobre los asuntos públicos.
Cuando es menester saber alguna cosa importante, se sirven de ciertas ceremonias e invocaciones diabólicas, que se hacen así…harán una cabaña en la que jamás ningún hombre halla vivido…llevarán a medio día una gran cantidad de cahouin, hecha por una niña virgen de diez o doce años…antes de este misterio (el pagé) deberá abstenerse de su mujer durante nueve días…
Así cuando el misterio se ha terminado, el profeta sale y realiza una arenga en la que recita todo lo que ha oído…No es pues sin motivo que está prohibida por las Escrituras…
De esta magia existen dos especies, la que comunica con los espíritus malignos, y la que da inteligencia de las cosas más secretas por la naturaleza…las dos están llenas de curiosidad. ¿Qué necesidad hay, cuando tenemos cuanto necesitamos y comprendemos cuanto Dios quiere que comprendamos, de buscar con excesiva curiosidad los secretos de la naturaleza y otras cosas de las que Nuestro Señor se ha reservado el conocimiento para Él solo? Tal curiosidad es una muestra de juicio imperfecto, ignorancia y falta de fe y buena religión.
En este texto podemos ver; un lúcido análisis de los rituales que realiza el chamán (soledad, abstención sexual, purificación material tanto del chamán como de quien está en contacto con el ritual…), de su función social (es el chamán quien debe tomar la decisiones importantes), y el peso que tiene el esquema conceptual propio que no permite juzgar el fenómeno cultural en la cultura en la que se da. Todavía queda mucho tiempo para que estudiosos como Elíade , Taylor o Gordon Wasson den cuenta del por qué de éstas prácticas.


2. LA ILUSTRACIÓN QUE DESLUMBRA.

Durante el siglo XVIII podría decirse que se trilla el terreno para que gente como Boas o Taylor empiecen a asentar los fundamentos de la antropología. Aunque aún no se comprende el fenómeno en su totalidad, ya empiezan a haber visiones un tanto ambiguas; la de Diderot por ejemplo, que aun considerándolos impostores reconoce lo sobrenatural en sus actuaciones, o la tesis de Herder, vinculando la práctica chamánica a la imaginación y la mente, tesis que se recuperará más adelante. En este período se pondrán de manifiesto algunos aspectos del complejo fenómeno, su vertiente social, sobrenatural, la crisis de la iniciación, lo universal del fenómeno, vertientes que durante el siglo XIX y XX recogerá la antropología en su conjunto para explicar un fenómeno polimórfico.


2.1 LOS SALVAJES APRECIAN A SUS JUGLARES. Joseph François Lafitau. (1724)
Una prueba de la apertura conceptual que supuso el siglo XVIII nos la da el misionero jesuita Lafitau, quien habiendo vivido durante varios años con los indios iroqueses y hurones, describió cómo éstos distinguían entre los que se comunicaban con los espíritus en beneficio de la comunidad y los que lo hacían para dañar a la gente. Lafitau sostuvo que el Demonio no intervenía en los actos de los primeros y utilizó los apelativos de los indígenas para designarlos. Aunque se refiere a ellos con el apelativo de “juglares”como sinónimo de mago, reconoce que sus prácticas no eran meras artimañas.
…estos adivinos, son también personas extraordinarias cuyo estatus les hace dignos de consideración. Se les consulta todo tipo de asuntos como fuentes de verdad, puesto que no solamente explican los sueños y los deseos secretos del alma sino que no existe nada que no trate su ciencia…
A pesar de ello, hay ciertas cosas que me han impresionado y que, a mi parecer, merecen una especial atención. El poder de hacer cosas extraordinarias…proviene del mismo principio...de la comunicación con los espíritus.
Se les ve manifiestamente en este éxtasis que liga todos los sentidos y los mantiene suspendidos.
Pero esta creencia se halla tan extendida y enraizada, que no existe una sola nación en toda América sin sus adivinos y juglares, ni una sola que no tema los encantamientos, ni una sola en la que alguien rehúse recurrir a los juglares y que no se someta de buen grado a todas las pruebas de iniciación para convertirse uno mismo en juglar.

2.2 LOS CHAMANES SON IMPOSTORES QUE PRETENDEN TRATAR CON EL DIABLO Y QUE A VECES REALIZAN PREDICCIONES BASTANTE ACERTADAS. Denis Diderot (1765)
Principal artífice de una de las obras maestras del racionalismo, La Enciclopedia, y exponente claro del ateismo materialista, intentó subsanar uno de los problemas que se tenía al enfrentarse al fenómeno, su definición. Históricamente había sido un fenómeno que había englobado muchas y muy diversas prácticas, desde la brujería hasta la alquimia, Diderot en su Enciclopedia intenta definir unos parámetros en los que enmarcar el fenómeno, y esto ya es digno de elogio. En su tiempo aún existían varias palabras para el mismo fenómeno; chaman y juglar.
Chaman: impostores que allí (en Siberia) cumplen las funciones de sacerdote, juglar, médico y mago…pretenden que cuando el diablo se halla de buen humor entonces este se les aparece…
Juglares: sostienen que sólo se relacionan con lo que ellos llaman genios benéficos…la lengua que hablan en sus invocaciones no se parece a ninguna lengua salvaje,…es posible que no sean más que sonidos indeterminados.
Es cierto que poseen el poder para encantar serpientes, o mejor dicho, para adormecerlas…poniéndoselas en el pecho sin que les hagan ningún daño…Son los encargados de explicar los sueños, los presagios y de acelerar o ralentizar la marcha del ejército en las expediciones militares, puesto que siempre llevan a uno de ellos.
…mostrando un trozo de madera que tenía en la boca hace creer al enfermo que era un hechizo el que le había provocado la enfermedad…
… más próximo a un energúmeno que a un hombre inspirado por el cielo, se pronuncia con un tono determinado sobre el estado del enfermo y, a veces, es bastante certero.
La definición es mucho más extensa pero por motivos de espacio no podemos recogerla toda. En cualquier caso podemos ver cómo pesa aún la primera visión que dieron de ellos los primeros colonos, todavía es el Diablo el que los posee, aunque se empieza a ver lo polimórfico del fenómeno; predicen, conducen campañas militares, poseen una lengua extraña, curan enfermedades con métodos poco ortodoxos…

2.3 EL PODER DE LA IMAGINACIÓN. Johann Gottfried Herder (1785)
Tal vez sea la mirada más indulgente hacia los chamanes, mencionándolos en su obra Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad, Herder observó que el chamán necesita una comunidad de fieles, sin olvidar la importancia que tiene tanto para los chamanes como para los seres humanos en general la imaginación.
…su iniciación se produjo por ayunos soledad, esfuerzos de imaginación, así como el agotamiento del cuerpo y el alma…nadie se convierte en mago hasta que no se le aparece su espíritu.
…logros producidos por la fuerza de la imaginación…De hecho entre todas las fuerzas del alma humana, la imaginación quizá sea la menos explorada; puesto que está relacionada con la construcción de todo el cuerpo… parece ser, no sólo el vínculo sino también el lazo de las relaciones entre la mente y el cuerpo, así como la culminación de toda la organización de los sentidos en relación con todas las otras funciones de las fuerzas del pensamiento.
Ya no es obra del diablo o de su salvajismo, ahora lo que cuenta es la imaginación, y ahí entramos todos. Comienza el camino hacia la comprensión de un fenómeno que es profundamente humano.


3. EL HOMBRE BLANCO ENTRE PRIMITIVOS.

El nacimiento de la antropología como disciplina en la segunda mitad del siglo XIX, hizo posible que el ser humano empezara a estudiarse a sí mismo y sus diferencias. Aunque tal vez fue este el espíritu que tuvieron los estudiosos de la antropología al hacer estudios de campo, todavía pesaban las diferencias culturales, aún se acercaban con la idea de que ellos eran “primitivos”. Aun así, comienzan a establecerse líneas generales que van definiendo el fenómeno; eran capaces de curar, tenían un gran poder social, realizaban hechizos y encantamientos, y sobre todo, todos afirman comunicar con los espíritus, el fenómeno comienza a tomar una coherencia subyacente. La mirada con la que estos hombres miraban a los primitivos fue en algunos casos extremadamente sutil, profunda y respetuosa.
3.1EL ANIMSMO ES LA CREENCIA EN ESPÍRITUS. Edward Taylor (1871).
Edward Taylor, uno de los fundadores de la antropología, propuso el término “animismo” para referirse a la creencia en espíritus en la naturaleza y en el ser humano. En sus textos aún se pueden encontrar referencias a los indígenas un tanto peyorativas, si bien es cierto que superó gran cantidad de prejuicios, es el hombre blanco estudiando primitivos.
El primer requisito de un estudio sistemático de la religión de las razas inferiores consiste en establecer una definición rudimentaria del concepto de religión… en tanto que definición de mínimos, la religión es la creencia en espíritus.
El animismo caracteriza a tribus que se encuentran muy abajo en la escala de la humanidad…A pesar de que esta definición de mínimos, pueda parecer despojada y exigua, se verá como en la práctica, es adecuada…
La idea de que nuestra cultura está más evolucionada que la de los indígenas, le permite creer que donde ahora están ellos, nosotros ya estuvimos.

3.2 EL HOMBRE BLANCO ACUDE A UN PEAIMAN. Everard Thurn (1883).
Everard Thurn vivió con el pueblo macusi de la Guayana Francesa y describió las actividades de los médicos indígenas; los peaiman. En una ocasión, al sufrir un leve dolor de cabeza y fiebre, permitió que un peaiman le hiciera entrar en trance.
…había traído (el peaiman) unas cuantas ramas verdes de los arbustos de la sabana.
…comenzó a dar gritos indescriptibles que continuaron durante seis horas ininterrumpidamente…era el peaiman el que hacía preguntas y daba órdenes a los espíritus…el peaiman bebía con ostensible ruido un poco de agua con tabaco de la calabaza que se encontraba en el suelo…
…sin lugar a dudas fue una magnífica obra de ventrilocuismo y teatro…lo único extraordinario era el hecho de que el hombre pudiera hacer el esfuerzo de voz durante seis horas…mis dolores estaban lejos de haber desaparecido…y pedía su paga.
El chaman ha intentado curar al enfermo, se ha establecido una relación íntima sin que influyan directamente las diferencias culturales. Aunque aún queda mucho trabajo y esfuerzo para que se llegue al punto de vista del nativo, vamos por el buen camino.

3.3 EL TÉRMINO CHAMAN ES PELIGROSAMENTE VAGO. Arnold Van Gennep (1903)
Una de las causas que contribuyó a que existiera una gran confusión en torno al fenómeno chamánico fue la gran cantidad de prácticas y creencias que se admitían bajo este nombre, esto es precisamente lo que intenta solucionar o señalar, Van Gennep.
…un cierto número de términos muy dudosos que se aplican a todo lo que se quiere y que no designan nada en particular… “el chamanismo”… nos encontramos ante un abuso del término… sólo afirma la existencia de un cierto tipo de hombres que ocupan una determinada función religiosa y social…
…al utilizar el sustantivo “chamanismo”aceptamos términos forjados por los exploradores de Siberia de los siglos XVIII y XIX quienes, en su mayor parte sin conocimientos de etnografía, creyeron hallar en estos países una forma especial y característica de creencias y prácticas religiosas…es un hecho socio-religioso sin duda, pero no es suficiente para constituir una religión…Además no llamaremos “sacerdotismo” al catolicismo, ni “pastorismo” al protestantismo…
La palabra “hechicero” nos evoca demasiado la Europa medieval…de este modo para los pueblos semicivilizados es preferible emplear “chaman”.
Percatémonos de la necesidad del término “chaman” para referirse a una práctica religiosa, aun habiendo un abuso del término, se hace indispensable para designar cierto fenómeno. El autor realiza un esfuerzo para tratar el tema desde una perspectiva seria, es decir, definiendo los términos y empleándolos consecuentemente. Uno de los trabajos que realizarán los estudiosos de campo en tiempos posteriores será perfilar el fenómeno para poder estudiarlo y, sobre todo, valorarlo en su contexto (“semicivilizado”) y no en el nuestro.

3.4 CURACIÓN Y ADIVINACIÓN MEDIANTE VENTRILOCUISMO. Vladimir Ilich Jochelson (1908).
El etnógrafo y lingüista Jochelson fue exiliado al este de Siberia a finales de siglo XIX por sus actividades revolucionarias, allí aprovechó para estudiar a los habitantes indígenas de la región y en 1900 participó en una expedición en la misma zona. Fruto de esa expedición son unos textos donde se desmarca de la visión que tuvieron los exploradores del siglo XVIII, y aunque se percató de los trucos de los chamanes, no los desacreditó por ello.
…era pobre y trabajaba como campesino para un miembro más rico de la tribu…le pedí que me enseñara sus habilidades y a diferencia de otros aceptó sin que tuviera que insistir…era un ventrílocuo y a los chamanes versados en esta habilidad se les atribuye un poder especial…
Lo visible y lo imaginario se entremezclan de tal modo en la conciencia primitiva, que el propio chaman debió creer que existía una verdadera herida en su cuerpo…no tiene ninguna duda de que el chamán se corta así mismo y la herida cicatriza de inmediato…
Muchos chamanes comen hongos agaricáceos para entrar en trance…después de comer un par de hongos comenzó a cantar con voz alta y gesticulando con los brazos…
Jochelson también señala algo que más adelante servirá a los antropólogos para comprender mejor a los chamanes; los chamanes comen hongos para entrar en trance. Con el tiempo se verá que una gran parte de las experiencias chamánicas tiene que ver con la ingestión de ciertas plantas alucinógenas por parte de los chamanes.


4. HACIA LA COMPRENSIÓN

Antropólogos como Boas hicieron que los estudiosos de campo se dieran cuenta de los prejuicios que pesaban sobre ellos al acercarse a los nativos, esto permitió una relación directa y cercana que se plasmó en una gran cantidad de informes sobre los chamanes. Aunque hubo antropólogos que consideraron a los chamanes como poseedores de un saber valiosísimo, también hubo quien los consideró como enfermos psiquiátricos o incluso psicópatas. Tuvo que llegar Lévi-Strauss para dar un giro radical a la cuestión y afirmar que los chamanes debían considerarse como psicoanalistas más que como enfermos.

4.1. UNA EXPERIENCIA CECANA A LA MUERTE. Knud Rasmussen. (1929)
En este camino de comprender el fenómeno en su contexto y valorarlo según sus propios valores, tenemos al antropólogo Rasmussen, que habiendo crecido con los esquimales y conociendo su lengua, entrevistó a varios de ellos y transcribió palabra por palabra sus historias. En este texto por ejemplo, nos cuenta cómo un hombre se convirtió en chaman al ser llamado por los espíritus.
Niviatsian había salido a cazar morsas…una gran morsa salió de entre el hielo, lo agarró con sus enormes patas delanteras y se lo llevó hacia las profundidades…
…yació durante lago tiempo inconsciente…cuando recobró el conocimiento, pudo ponerse en pie si necesidad de ayuda. La herida de la clavícula era la única grave; tenía marcas de los colmillos de la morsa en la cabeza y en distintas partes del cuerpo, pero parecía como si el animal hubiera sido incapaz de herirle en esos puntos. Los ancianos dijeron que aquella morsa había sido enviada por la Madre de las Bestias Marinas, quien estaba furiosa por porque la esposa de Niviatsian había sufrido un aborto y lo había ocultado para evitar el tabú.
…permaneció tres días y tres noches sin comida y sin bebida alguna…después de tres días, se recuperó y se había convertido ahora en un gran chaman…
…la morsa que había estado a punto de matarle, se convirtió en su primer espíritu ayudante. Ése fue el comienzo.
Claramente se puede ver cómo el aparato conceptual de la tribu hace comprender la experiencia radical de un modo muy determinado, sin ese aparato conceptual la experiencia sería totalmente distinta, la experiencia se vive conforme a las creencias, una experiencia sin esas creencias no tiene sentido. Si fuéramos nosotros los que sufriéramos el ataque de la morsa nos llevaríamos un gran susto, pero ya está. ¿Quién decide si susto o rito de iniciación?, ¿la persona o los ancianos?.
En otro texto un poco más tardío del mismo autor, nos cuenta cómo un chamán busca el sufrimiento y la soledad para poder alcanzar el “verdadero conocimiento”.
…cuando me llegó el momento de ser chamán elegí el sufrimiento por el hambre y el sufrimiento por el frío…La verdadera sabiduría sólo puede hallarse lejos de la gente, en profunda soledad, y no se encuentra en la acción sino en el sufrimiento. La soledad y el sufrimiento abren la mente del ser humano y, de este modo, el chamán debe buscar su sabiduría allí…
Rasmussen nos presenta al chamán como poseedor de un conocimiento grandioso fruto de un largo trabajo y esfuerzo. Ya no hay voces ni espíritus ni bailes, ahora tenemos a hombres que a través de su conocimiento y sus prácticas nos producen gran admiración y respeto. Por ejemplo, en 1945 el antropólogo Meter Elkin, dice; “la vida de un curandero es una vida de auto disciplina, precedida de un entrenamiento, de responsabilidad social y de contacto con poderosas fuerzas o espíritus…el verdadero curandero es un profesional que cuenta con una preparación determinada y cuya personalidad, desde el punto de vista de la comunidad, alcanza un alto nivel de normalidad”.

4.2. LOS CHAMANES COMO PSICOANALISTAS. Lévi-Strauss (1949)
La profundidad de los chamanes había quedado patente, su conocimiento del medio y su importancia social como guías también, pero tuvo que ser Lévi-Strauss con su ensayo “La eficacia simbólica”, quien de alguna manera interpretara en sus términos una curación chamánica. Según nuestro autor, el chamán y el enfermo comparten una concepción indígena del universo que es totalmente coherente, y es en esos términos en los que se efectúa la cura. Se establece así una similitud entre la labor del psicoanalista y la del chaman, ambos utilizan el aparato simbólico del enfermo para sanarlo, pero hay una diferencia; el psicoanalista escucha mientras que el chaman habla.
La cura consistía en hacer aceptables para el espíritu los dolores que el cuerpo se rehúsa a tolerar. Que la mitología chamán no corresponde a la realidad carece de importancia; la enferma cree en esa realidad, y es miembro de una sociedad que también cree en ella. La enferma lo acepta y jamás lo ha puesto en duda. Lo que no acepta son los dolores incoherentes y…el chamán los va a colocar en un conjunto donde todo tiene sustentación.
Al comprender, se cura…es el paso a esta expresión verbal, lo que provoca el desbloqueo del proceso fisiológico, es decir la reorganización, en un sentido favorable, de la secuencia cuyo desarrollo sufre la enferma…chamanismo y psicoanálisis…en ambos casos el propósito es llevar a la conciencia conflictos que han permanecido inconscientes hasta el momento…establece una relación inmediata con la conciencia…es el chamán quien penetra en los órganos amenazados y quien libera el alma cautiva…
El paralelismo no excluye diferencias; en psicoanalista escucha, mientras que el chamán habla.
Sin el aparato simbólico que utiliza el chaman su práctica se nos hace incomprensible, del mismo modo que sin conocer las reglas del ajedrez jamás podríamos llegar a comprender una partida. Pero una vez conocido este aparato, el chamán se nos presenta como un verdadero analizador (si se nos permite la expresión) del alma humana. El chamán, el enfermo y la tribu conocen las reglas, nosotros no, y hasta que no las conozcamos no los comprenderemos.


5. EL OBSERVADOR OBSERVADO

Durante el siglo XX, los antropólogos recogieron gran cantidad de información sobre los chamanes y sus prácticas, pero en su afán por comprender a los chamanes dieron un paso más y pusieron en práctica lo que se conoce como “observación participativa” (método que desarrolló Malinowski a principios del siglo XX), vivir con la gente y participar en sus actividades. Vamos a repasar testimonios de antropólogos que experimentan en primera persona lo que se conoce como trance chamánico o éxtasis. Los escritos por ejemplo de Wasson o Michael Harner, nos permiten hacernos una idea de la intensidad y profundidad de la experiencia.

5.1 ERA UN OJO SIN CUERPO SUSPENDIDO EN EL AIRE. Gordon Wasson (1957)
Gordon Wasson fue uno de los culpables de que el chamanismo provocara un gran interés a mediados del siglo XX, ya que el artículo donde describe el consumo de hongos alucinógenos con una chamana mexicana fue leído por muchísima gente. Este artículo provocó que una oleada de turistas hippies inundara los poblados indígenas del sur de México.
…fuimos los primeros hombres blancos en los anales de la historia en comer los hongos sagrados, que durante siglos han sido un secreto de ciertos pueblos indios…
…Eva Méndez limpió los hongos de toda suciedad y luego, recitando plegarias, los pasó a través del incienso de resina que ardía en el suelo…se volvió hacia mí y me dio seis pares en una taza…
Las visiones habían comenzado, a media noche alcanzaron su clímax y continuaron en el mismo nivel hasta las cuatro de la madrugada.
…veía los arquetipos, las ideas platónicas que subyacen a las imágenes imperfectas de nuestra vida cotidiana. ¿Podían ser los hongos sagrados el secreto que se esconde tras los misterios antiguos?
…la Señora empezó a entonar un canto que una música muy antigua, como un introito de la Edad de Oro…empezó una danza rítmica con palmadas o aplausos. Cada palmada procedía de una dirección y una distancia imprevisibles, a veces cerca de nuestros oídos, a veces lejanas, desde arriba, desde abajo, aquí y allí…
…Allan y yo nos despertamos a las seis, descansados y con la cabeza despejada, aunque profundamente conmovidos por la experiencia por la que acabábamos de pasar.
Aunque el testimonio de Wasson está en algunos puntos aderezado por la imaginación y por la defensa que hizo de las virtudes de las drogas , da cuenta de lo profundo de la experiencia.

5.2 LOS NIÑOS SANTOS PIEDEN SU FUERZA POR RELACIONARSE CON LOS OBSERVADORES. María Sabina (1977).
Los artículos que publicó Wasson así como los libros del enigmático escritor Carlos Castañeda, hicieron que cientos de investigadores acudieran a los chamanes para ingerir hongos alucinógenos. Esta avalancha de gente, a parte de la incomodidad que supuso para los chamanes, hizo que los poderes que antes tenían los hongos perdieran su fuerza, se ocupó un espacio que era sagrado y que necesitaba de mucho más que de la ingestión de drogas, no basta con tomar plantas alucinógenas para entender a los chamanes. Esto es lo que nos cuenta María Sabina en su “autobiografía oral”, fruto de las entrevistas que mantuvo con un periodista mazateco (Álvaro Estrada) y que más tarde traduciría al castellano.
Cuando los extranjeros tomaron los niños santos conmigo no sentí nada malo. La velada fue buena. Tuve visiones diferentes.
Antes de Wasson nadie tomaba niños simplemente para encontrar a Dios. Siempre se tomaban para que los enfermos sanaran.
…desde el momento en que llegaron los extranjeros a buscar a Dios, los niños santos perdieron su pureza. Perdieron su fuerza, los descompusieron. De ahora en adelante ya no servirán. No tiene remedio.
Los jóvenes fueron los más irrespetuosos…ellos tomaban a cualquier hora y en cualquier lugar. No lo hacen durante la noche ni bajo las indicaciones de los sabios, y tampoco para curarse ninguna enfermedad.
Antes de Wasson yo sentía que los niños santos me elevaban. Ya no lo siento así. La fuerza ha disminuido. Si Cayetano no hubiera traído a los extranjeros…los niños santos conservarían su poder.
La chamana, al abrir un mundo sagrado a lo profano ha provocado que se desvirtúe el concepto de lo sagrado, es un error pensar que la experiencia que se siente al ingerir una droga es similar a una iniciación chamánica, es matar todo un mundo riquísimo. Si nos quedamos sólo con la función alucinógena de la droga, nos estamos olvidando de la función purificadora o de la implicaciones que tiene para el cuerpo la apertura de la mente a ese nivel…

5.3. ME SENTÍ COMO SÓCRATES BEBIENDO LA CICUTA. Michael Harner. (1980)
Hemos recorrido un largo camino y por lo que respecta al fenómeno chamánico, estamos e una situación privilegiada en la que el estudioso puede llegar a comprender al chamán en todas sus vertientes (como terapeuta, líder, sacerdote, conocedor de plantas con poderes…). Muestra de ello, es sin duda el libro de Michael Harner La senda del chaman, donde nos cuenta sus experiencias con ellos y describe técnicas chamánicas que cualquiera puede poner en práctica. Ha pasado ya la fiebre de las drogas, que Harner también ingiere, como sinónimo de chamanismo y nuestro autor, puede contemplar el fenómeno desde una perspectiva mucho más esclarecedora (desde nuestro punto de vista).
…al final me dijeron que si realmente deseaba aprender, debía tomar la bebida sagrada de los chamanes hecha de ayahuasca, la “planta de la vida”…me advirtieron que la experiencia iba a ser aterradora.
…el anciano de poblado, fue a la selva a cortar unas plantas…me dijo que debía ayunar.
Los indios ataron a los perros para que no pudiesen ladrar…me dijeron que el sonido de los perros podía volver loco a un hombre que hubiese tomado ayahuasca…el silencio cubrió la pequeña aldea con la caía del sol…
Me sentí como Sócrates aceptando la cicuta entre sus conciudadanos atenienses (uno de los nombres que recibe la ayahuasca es “la pequeña muerte”). Bebí la pócima rápidamente…
Ahora el sonido del agua fluyendo inundaba mi cerebro. La mandíbula se me empezó a adormecer y el adormecimiento me iba subiendo hacia las sienes.
…empecé a percibir la más bella canción que he oído en mi vida, aguda y etérea, emanando de una mirada de voces procedentes de la galera…Aunque yo me considerara ateo, tuve la completa certeza de que me estaba muriendo y que aquellas personas con la cabeza de pájaro habían venido para llevarse mi alma en el barco.
Empezando por los brazos y las piernas, empecé a sentir como si mi cuerpo se estuviera convirtiendo en cemento…por mucho que lo intenté, no pude reunir la fuerza necesaria para producir una sola palabra…empecé a llamar a mi corazón amigo…empecé a hablarle, a animarle a que continuara latiendo…
Ahora estaba prácticamente seguro de que iba a morirme…
Aprendí, de este modo, que las criaturas parecidas a dragones se encontraban en el interior de todas las formas de vida, incluyendo el hombre.
Cada latido e mi corazón me resultaba un gran esfuerzo. Al fin, volví a intentar pedir ayuda a los seres humanos…los indios abrieron mi boca y vertieron el antídoto.
Realicé viajes fabulosos a través de regiones lejanas, siguiendo a mi voluntad, incluso por los confines de la galaxia, creé construcciones arquitectónicas increíbles, e hice aparecer demonios con muecas histriónicas para satisfacer mis fantasías. A menudo me encontré a mi mismo riendo en voz alta anta las incongruencias de mis aventuras. Al fin me dormí.
Cuando desperté…me sorprendió sentirme revigorizado y tranquilo.
Estaba ansioso por la opinión profesional de indo que mejor conocía los asuntos sobre naturales, un chamán ciego que había realizado numerosas incursiones en el mundo de los espíritus con la ayuda de la ayahuasca. Lo que yo había experimentado, este chamán ciego y de pies descalzos ya lo conocía por sus propias exploraciones del mismo mundo oculto en el que yo me había aventurado. A partir de aquel momento decidí aprender todo lo que pudiese sobre el chamanismo.
En el mismo texto, Harner comenta su experiencia con unos amigos que le citan un fragmento del Apocalipsis en el que lo que se describe es muy similar a lo que él experimentó. También nos cuenta, que sintió que estaba dividido en cuatro niveles y en cada nivel hay un órgano que realiza su función.
Nos encontramos ante una experiencia que, aunque inducida por drogas, no se reduce a la ingestión de éstas, hace falta mucho más que ingerir LSD para tener una experiencia chamánica.



A MODO DE CONCLUSIÓN
Recorrido el camino de la percepción que se ha tenido de los chamanes a lo largo de quinientos años, podemos comprobar cómo sea cual sea la mirada del observador existen elementos que no se pueden dejar de mencionar cuando se está hablando de un chamán. Vamos a establecer una tríada, que si bien sus diferentes partes integran un todo, nos ayudará a comprender la función socio-religiosa del chamán, a saber; la sociedad, el propio cuerpo del chamán y lo sagrado. Aunque para poder comprender mejor la figura del chamán separemos estos elementos no debemos olvidar que son los tres integrados en un solo fenómeno los que hacen surgir la figura del chamán.
Acordémonos de la experiencia que nos cuenta Rasmussen de Niviatsian cuando es atacado por una morsa. Desde experiencia que sufre en su propio cuerpo, surge algo sagrado gracias a la interpretación que hacen de la misma los ancianos, es decir la sociedad, es el conjunto de la sociedad el que dota de sentido la experiencia de un solo individuo convirtiéndola en algo sagrado. Esta interpretación crea la propia experiencia, que puede ir desde la autodisciplina o el éxtasis, pasando por la soledad hasta las alucinaciones, de manera totalmente nueva, haciendo surgir todo un conjunto de símbolos y significados según los cuales se moverá una sociedad. A partir de ese momento en el que el individuo es reconocido de una manera muy especial por la sociedad, es el propio individuo, es el propio chamán, el que cumple la función de creador de sentido en la propia sociedad.
A través del rito y de toda una simbología va a ser ahora el chamán el que gracias a un conocimiento superior adquiera en la sociedad una importancia vital, como conocedor y creador de una mitología chamán, utilizando la terminología de Lévi-Strauss, su figura surgirá como elemento indispensable dentro de una sociedad. Tal vez sea esa capacidad de interpretación, tanto de la sociedad como del chamán, lo que consiga convertir a un individuo en un chamán.
Para poder comprender correctamente al chamán, debemos adquirir una nueva concepción del cuerpo y del entorno en el que vive ese cuerpo, entorno que en muchas ocasiones está considerado como vivo y del cual surge una experiencia que hunde sus raíces en la naturaleza humana.
Fue esa experiencia y todas sus consecuencias lo que no pudieron comprender los primeros colonos, una experiencia que se encuentra dentro de una manera coherente de comprender el mundo y de gran riqueza interior. Con el tiempo se ha modificado algo indispensable para poder llegar a comprender: la mirada del observador.
Para poder comprender a Niviatsian, tenemos que comprenderle a él mismo, a su entorno y a su sociedad, entonces seremos capaces de comprender y de valorar la obra de la que es capaz.


Carlos Tomás González (Facultad de filosofía y ciencias de la educación. Valencia, Abril 2008)




Bibliografía.

Jeremy Narva, Francis Huxley., Chamanes a través de los tiempos, Barcelona, Editorial Kairós, 2005.
Pedro Rodríguez Santidrián., Diccionario de las religiones, Madrid, Alianza Editorial, 2004.
Mircea Eliade., El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2001.
Mircea Eliade., Herreros y alquimistas, Madrid, Taurus ediciones, 1959.
Antonio Escohotado., Historia elemental de las drogas, Barcelona, Editorial Anagrama, 2000.
Michael Harner., Alucinógenos y chamanismo, Valencia, Ahimsa Editorial, 2001.
Antonio Escohotado., Historia general de las drogas, Madrid, Alianza Editorial, 1998.
R. Gordon Wasson, Albert Hofman, Carl A.P.Ruck., El camino a Eleusis. Una solución al enigma de los misterios, Madrid, Fondo del Cultura Económica, 1994.
Roberto Faure Sabater., Diccionario de nombres geográficos y étnicos del mundo, Madrid, Espasa, 2004.

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